Estamos acostumbrados a obligar a los niños a hacer las cosas de la manera en la que nosotros queremos, en vez de dejar que el niño piense y actúe por si mismo ante cada situación. Es algo muy habitual, los niños con frecuencia reciben órdenes y las acatan a gusto de los demás y llega el momento en el que le ofrecen la opción de elegir y no saben cómo reaccionar .Siempre le han dicho como tiene que hacer cada cosa y en momentos relevantes de la vida no saben qué hacer, se hallan perdidos, necesitan la ayuda de los demás para poder decidir, tienen la inseguridad de saber si está bien o está mal porque le han hecho adoptar desde muy pequeños ese hábito.
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